La campaña estival de granos avanza con buenas condiciones iniciales. Así lo indica el último informe del Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba difundido esta semana.
Durante octubre, la siembra de maíz mostró un ritmo superior al promedio histórico, favorecida por la humedad en el suelo, mientras que el girasol también presentó un avance destacado. La presencia de maíz guacho se mantiene controlada y la población del vector Dalbulus maidis continúa en niveles bajos. Las lluvias de septiembre mejoraron la recarga del perfil en el sur provincial, aunque el norte comienza a mostrar necesidad de nuevas precipitaciones.
En la mayoría de las zonas, la siembra de maíces tempranos ya había finalizado, representando, según los reportes, el 35% de la superficie total proyectada para el cultivo. Ésta proporción de maíces tempranos representa un incremento de 3 puntos porcentuales con respecto a la campaña pasada.
En el caso del girasol, cultivo para el cual se estimó una superficie considerablemente superior a la habitual, el avance de siembra alcanzaba alrededor del 50% al momento del relevamiento, también un avance elevado para la época.
Para el resto de los cultivos estivales la siembra era aún incipiente, especialmente en soja, cuya siembra podría demorarse debido a los pronósticos de temperaturas elevadas para los próximos meses.
En cuanto al estado general de los cultivos emergidos, se observaron lotes en buenas condiciones y sin síntomas de estrés; no obstante, en la región norte comenzaban a evidenciarse condiciones de menor disponibilidad de humedad, lo que podría requerir nuevas precipitaciones para sostener el buen estado actual.
En líneas generales, se observó presencia de maíz guacho en sectores con rastrojos, alambrados o zonas donde hubo silobolsas, favorecida por la humedad y las lluvias recientes, aunque en general está siendo controlado mediante barbechos químicos. Según referentes zonales, los productores muestran una mayor conciencia en su manejo, y las heladas recientes también contribuyeron a reducir su presencia.
De acuerdo con lo publicado por la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis en su informe número 28, la población del vector se mantiene en niveles bajos: en la región Centro-Norte, el 80% de las localidades no registró detecciones y el 16% presentó capturas mínimas (1 a 4 adultos por trampa), mientras que en el Sur el 98% de las localidades no reportó presencia del insecto.

